miércoles, 10 de octubre de 2012

CRISTOBAL COLON Y EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA...


 
 



Celebraron los países Latinoamericanos y Europeos el Quinto Centenario?...Cierto..¿Descubrimiento, conquista y evangelización. Cierto...¿Abusos, imposiciones represivas, arbitrariedades? Cierto....¿Aniquilación de una raza- joven, nueva, hermosa, lozana, generosa y pura como la taina?..Cierto.

Las pasiones más sórdidas, los ideales más luminosos chocan, se resuelven y revientan en haces de luz y carbones. Cierto...

¿Encuentro de dos culturas? Cierto.

Lucha infatigable de los fray Pedro de Córdoba, Anton de Montesinos, Bartolomé de las Casas, en favor de los nativos...de los esclavos...de la justicia? Cierto.

Primera Ciudad. Primera sede de todo....de las universidades...de las reales audiencias...de los tronos episcopales...Punto de partida de las conquistas de tierra firme...Primeros abusos...Primeras rebeliones...

Primeras protestas y quejas...Primeras expoliaciones, vejaciones y atropellos. Lo malo de ser primero en todo...Entre lo bueno y lo malo por el mismo boquete...
De manos con el Derecho de Gentes..la horca y la hoguera...
De manos con las cadenas y el látigo...
De manos con las suntuosas iglesias, y la cultura floreciente, la servidumbre impiadosa y el escarnio. Y así...

Se confundieron en las solemnidades...las luces y las tinieblas...El orgullo y la valentía con la indignidad y la cobardía, en rarísimo maridaje...Asi es la historia. Beso de Judas a Cristo...látigo de Cristo contra los mercaderes del templo.

Existió esa conmemoración de la amalgama...La Cruz, Los ceníes. La Barbarie. La humana convivencia. La avaricia. La generosidad. El aparente triunfo de los malos. El silencioso y real triunfo de los buenos...Pan y cazabe. Vino y agua pura. Casta desnudez...Ensortijadas barbas y armaduras y lanzas de hierro. y de fuego. Y de perros de presa.

Me cuentan...que celebración esta...que estremecedora...por eso concitó tantos comentarios, tantas polémicas, y apologías y decires...hoy leo y leo...y no termino...

...Que mezcla de elementos contrapuestos, terroríficos, discordantes. Unos apacibles, otros explosivos. Unos valientes y dignos, otros sucísimos y vergonzantes...
Qué interesante es analizar todo esto, para un posterior Ensayo....desapasionadamente a la luz imperecedera de la verdad histórica...todo lo que dicen todos y de todo,...es verdad...Lo bueno y lo malo.

Nada debe sorprendernos. Ni los abusos que se cometieron a granel...ni los esfuerzos y críticas contra esos abusos...Ni la extinción del antiguo Taíno...ni de nosotros mismos que somos frutos, de esa extinción inconcebible...
Nada debe sorprender de esa epopeya orgiástica...A nada en ella debemos renunciar...Es el Centenario que se celebró, que puso de manifiesto una vez mas nuestra miserable condición humana...¡ Qué enorme riqueza de consideraciones y reflexiones!

No hay calidad moral en esta nuestra generación de comienzos de Milenio para enrostrar a las generaciones de las postrimerías del Siglo XV...

Precisamente cuando el hombre se lanzó a conquistar el espacio sideral....nuestro sistema planetario es un patio...Y se lanza, el hombre, al espacio, cuando se completan mas de medio milenio de lanzarse al mar...buscando...sin saberlo...completar su espacio en la Tierra....¡ Que lección mas interesante!...¡Que contrapuestos escenarios! Lo que antecede se puede responder de la siguiente forma, si no estuviéramos muerto, estuviéramos vivos, es sabido de todos que a partir del 1492 los Ibèricos fueron a América a enriquecerse, en busca de puesto y poderío lograron imponer su cultura casi arrasando la autóctona. La nave Santa María transportaba bucaneros y filibusteros, estos se cercioraron de que existían algunas islas abandonadas y con facilidad penetraron y se posesionaron de ellas.

A poco, comenzaron a IMPORTAR NEGROS DE AFRICA para que sirvieran de algo, lo único que ellos entendían que podían servir de esclavos, en esto estriba la mezcolanza de razas y la casi disminución de la nuestra la raza TAINA, los españoles decidieron importar africanos y he aquí esta amalgama de razas que tenemos, si hubiesen sido los ingleses, pienso que quizás no hubiéramos perdido nuestra hermosa raza indígena, pero el saqueo y los abusos serian los mismos. Cuando llegaron a tierra firme los tripulantes de la Nave Santa María, la sorpresa fue mutua, la desconfianza y el recelo fueron mutuos también. El deseo de los que llegaron fue poner bajo el dominio de sus Reyes todas las tierras y riquezas descubiertas, obligando a sus habitantes a rendir culto a su Dios, parlar en su lengua, esclavizarlos para usufructuar la mano de obra gratuita y mansa.

Casi al unísono la rebelión, la protesta, la guerra como el recurso supremo, el repudio contra aquellos incalificables abusos brotó, también espontáneamente en cada uno de los corazones de aquellos hombres que a toda costa se resistieron a ser encadenados y tratados como nunca antes lo habían sido.

Y sucedió lo que siempre pasa en estos casos del pleito entre el huevo y la piedra. Pierde el huevo porque es más frágil.
Las guerras no las ganan los que tienen la razón, el triunfo en las guerras siempre está de parte de los que van a ellas mejor equipados, con armas más efectivas y avanzadas, y de los que luchan no por un ideal, altruista y noble carente de perspectivas de mejoría económica y predominio. Esos tienen todas las de ganar, esa es la realidad de la historia y no otra.

En la encarnizada guerra de esos mundos recién encontrados, como una constante histórica de lo dicho, los isleños forzosamente tuvieron que perder aunque tuvieran la razón. La conquista de América se efectúa en una coyuntura histórica muy particular para España que recién terminaba su gran unificación, y todos ellos, guerreros o no, conquistadores o no, tenían la idea en sus comienzos de un misticismo, un carácter místico, una impronta misionera, cosas muy hermosas que rápidamente fueron suplantadas por el afán de oro.

Este afán de riquezas fue en aumento concomitantemente fue apretando la esclavitud y la opresión, único medio de poder a través de la presión, lograr más y mas riquezas, sobre todo oro que exigían esfuerzos terribles a los que los nativos no estaban acostumbrados, ya que no había en ellos la avaricia ni el afán de riquezas y se conformaban con pocas cosas, muy simples y casi todas a flor de tierra. Mientras mas y mejor comprendamos aquel suceso histórico, mejor interpretaremos el suceso presente que no es otra cosa que esto que vivimos, dependencia, colonialismo, explotación, pobreza. .....


 



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