domingo, 14 de julio de 2013

TESOROS DE LA BASILICA: Un Moderno Museo contiguo al templo guarda las reliquias.


Rosanna Cruz Betances
rosanna.cruz@listindiario.com

La Altagracia
 
VALOR CULTURAL

Hace honor a la Virgen de La Altagracia, venerada por miles de dominicanos que cada 21 de enero se trasladan hasta Higüey para agradecer y prometer.
El Museo de la Altagracia mas allá de la fe, del arte y del valor Histórico-cultural, constituye un registro del fervor de 300 años de devoción, en la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, en Higüey. Allí, a pocos metros de donde está la imagen de la madre protectora de los dominicanos, se exhiben miles de piezas que pertenecían al santuario de la Basílica y que incluyen pinturas, esculturas, joyería platería y unos 35 mil exvotos hechos con distintos materiales, como ofrendas de los creyentes.
Museólogo Sergio Barbieri, responsable del museo.-  ...."En  el 2008 me instalé en el país y empecé a hacer el inventario del patrimonio que es mucho y muy variado
                                                                 
MUSEO DE LA ALTAGRACIA 300 AÑOS DE DEVOCIÓN                                                                                                                                                                


 

  • En los jardines de la Basílica de Higüey, a pocos metros de donde está la imagen de la madre protectora de los dominicanos, se encuentra el Museo de La Altagracia, un lugar que invita a descubrir más de 300 años de historia, devoción, cultura y tradición religiosa.
El 26 de julio de 2012 quedó inaugurado el edificio donde se exhiben cientos de piezas que pertenecían al santuario de la Basílica, que incluyen pinturas, esculturas, joyería, platería y unos 35,000 exvotos hechos con diferentes materiales, los cuales son las ofrendas que los devotos hacen a la Virgen para prometer o agradecer por un milagro o por el cumplimiento de una petición.
A excepción de unas pocas, todas las piezas expuestas en el museo fueron hechas en el país. El profesor de arte, Sergio Barbieri, responsable de la museología de este espacio, dice que algunas de las más importantes que se pueden encontrar allí son una serie de 16 óleos sobre madera de finales del siglo XVIII hechos por Diego José Hilares, un incinerario de mitad del XVII, un portaviático de oro fundido con 26 esmeraldas y cálices de principios del XVIII.
Las promesas de los dominicanos a la virgen se conservan con celo y devoción para ser exhibidas”.
Sergio Barbieri, profesor de arte.
“Este patrimonio ha estado bajo el cuidado de la Iglesia desde hace 350 años. Hay piezas que se usaron aquí durante un siglo”, afirma Barbieri al referirse a obras como el trono procesional de la Virgen de La Altagracia que data del 1800 y que se usaba cada 21 de enero hasta el 2010, cuando se trajo uno nuevo desde Perú.
La comunidad también ha hecho sus aportes al donar un cáliz francés de finales del siglo XIX, con las vinajeras y su bandeja, el cual perteneció al sacerdote Manuel Montás.
Este patrimonio ha estado bajo el cuidado de la Iglesia desde hace 350 años. Hay piezas que se han usado aquí durante un siglo".
Sergio Barbieri, museólogo y profesor de arte.
En la infraestructura que cubre 1,800 metros cuadrados se encuentran siete salas del museo. En la primera se presenta la historia y leyenda de la Virgen de La Altagracia; en la segunda las 16 pinturas de Diego José Hilares; la tercera está destinada al arte sacro; la cuarta es la sala del tesoro; en la quinta se proyecta un video sobre la parroquia San Dionisio y fiestas importantes y en las dos últimas están los exvotos.
También cuenta con un auditorio, una sala de exposiciones temporales, una tienda de regalos y librería, una cafetería, baños y oficinas administrativas.  La obra que empezó en 2009 costó US$5 millones que fueron cubiertos por el gobierno de turno, la Iglesia y empresas privadas.
Inicio
En 2004, el gobierno dominicano le pidió al investigador argentino, el profesor Sergio Barbieri, que hiciera un informe sobre las piezas que se encontraban en el santuario de La Altagracia y en el de Santiago de Los Caballeros para determinar si era posible hacer un museo con el conjunto de objetos religiosos que se encontraban en esas dos provincias.
Para 2007, el obispo de Higüey, Gregorio Nicanor Peña, se pone en contacto con Barbieri y resuelven que él venga al país a hacer el inventario del patrimonio que se encontraba en el santuario de Nuestra Señora de La Altagracia.
“En el 2008 me instalé en República Dominicana y empecé a hacer el inventario de todo el patrimonio que es mucho y muy variado”, expresó el profesor.
En función de la museología que había hecho el investigador y profesor de arte y de la museografía que estuvo a cargo de Magdalena Iñigo, el arquitecto dominicano Pedro Borrell diseñó el edificio que hoy alberga valiosos objetos con los que se evidencia el arte religioso y la pasión del pueblo dominicano por la Virgen de la Altagracia.
Sala de exposiciones temporales
El museo tendrá cada año cuatro exposiciones temporales que no sólo coinciden con los cambios de temporada del año, sino también con la Noche Larga de Museos que organiza el Ministerio de Cultura en el país.
La primera se estrenó el 21 marzo de este año con los pintores higüeyanos: Luis Castillo, Martín Cruz, Julio Polanco, Cristóbal Rodríguez y Edward Salcedo.

Muestra colateral
En la actualidad se está exhibiendo la exposición fotográfica “Retratando el Este: la mirada de cinco fotógrafos”.
Profesionales de la talla de Pedrito Guzmán, Denisse Español, Amíntore Laureano, Frank Luna y Roberto Mena ofrecen una visión de la vida cotidiana de la parte oriental del país. “Se les pidió que no sólo mostraran el paisaje de las playas, sino que tomaran fotos de la vida cotidiana, los pescadores, la gente del pueblo. Es una visión muy atractiva y diferente”, manifestó el organizador, Sergio Barbieri.
La tercera será en septiembre con las obras de pintores y escultores haitianos que reflejan temas religiosos y la última abrirá en diciembre con la exposición de 16 pinturas españolas del siglo XVII que se llevarán a Higu¨ey desde el Alcázar de Colón que se encuentra en la Zona Colonial de Santo Domingo.
Un centro cultural
Barbieri expresó que el museo se puede convertir en el centro cultural de la zona Este del país, ya que es un lugar donde se pueden mostrar y vender las obras de artistas dominicanos; el auditorio con capacidad para 80 personas es propicio para la puesta en circulación de libros, la presentación de obras teatrales, conferencias y conciertos.
“Esto puede convertirse en la parada obligatoria para los turistas dominicanos y extranjeros”, apuntó.
Dijo que todo eso está planificado, pero que lo irán haciendo paso a paso. Empezaron haciendo un taller de reciclaje a cargo de Erendira Cedeño, en el que participaron 40 niños.
El recorrido
En la primera sala se muestra un video en el que a través de la actuación y narración se cuenta la historia de la Virgen de La Altagracia y de cómo ésta se volvió parte de la vida de los dominicanos.
En la segunda se encuentran Los 16 Medallones de Diego José Hilares hechos a finales del siglo XVIII.
Originalmente era un serie de 27, de la que sólo se conservan los expuestos.
Se cuenta que un sacerdote de la época le pidió al pintor que la hiciera, pero Hilares se negó, tiempo después se enfermó y al clamarle a la Virgen fue curado, en ofrenda realiza las 27 obras, retratando en la primera su situación. Las restantes son recordatorios de milagros que se le atribuyen a la virgen desde el siglo XVII hasta finales del XVIII que es cuando las pinta.
Las pinturas representan mudos que hablan, enfermos que sanan, madres que agradecen por sus hijos.
De esta serie de pinturas, entre las más representativas está en la que se pintó la Higu¨ey del siglo XVIII mostrando la parroquia de San Dionisio incendiada y al sacerdote clamando a la Virgen por protección. En otra se retrata el prodigio más antigu¨o hecho por la virgen, de acuerdo a lo registrado por el canónigo Luis Gerónimo Alcócer en 1650, quien escribió sobre cómo la imagen de la Virgen desapareció de una caja cerrada con cuatro candados y custodia, cuando el arzobispo de Santo Domingo intentó trasladarla hasta la capital, lo que se interpretó como que la Virgen quería quedarse donde se originó.
El siguiente paso es la sala de arte sacro donde se pueden apreciar piezas restauradas de María como la Inmaculada y la Dolorosa y de San José; una simulación de un presbiterio con la mesa del altar con un sagrario de plata del siglo XVIII y dos sillones; un cristo europeo; dos pinturas iguales, una de Luis Desangles y otra de José Audilio Santana, también una de Santo Domingo de Guzmán, el fundador de los dominicos.
Sala del Tesoro
 
En ésta hay cálices, patenas, copones y otras piezas utilizadas para el culto, en su mayoría de oro. En ella se encuentra el trono procesional de la Virgen que se utilizó durante unos 200 años.
En la misma sala también se exponen las prendas de vestir hechas de saco que usa la gente para ir a ver la imagen de la Virgen, esto porque según la tradición deben hacerlo de la forma más humilde posible.
Además se presenta un resumen de cómo se erigió la Basílica y diferentes bocetos de 1948 del diseño de la misma.
 
En la quinta se muestra en cuatro minutos las fiestas mas importantes relacionadas a la Virgen de la Altagracia, la del 21 de enero, fecha en que se le rinde honor, y la de los toreros del 14 de agosto. Esta última empezó en el siglo XVII cuando algunos ganaderos ofrendaban un toro por agradecimiento. Hoy cientos de feligreses se unen a la procesión.
Visitas y seguridad
Hasta la fecha el museo ha recibido a 10,000 personas. Barbieri aseguró que están haciendo acuerdos con agencias de viajes para que el número de visitas aumente y que durante el año escolar todos los días escuelas y colegios asisten al recorrido guiado.
Está abierto de martes a sábado de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. y los domingos de 10:00 a.m. a 5:00 p.m.
Para los adultos la entrada cuesta RD$200 y para los niños RD$100.
El importante patrimonio está custodiado por agentes de seguridad, guardias armados y es monitoreado a través de cámaras durante todo el día.
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MÁS DE TREINTA MIL OFRENDAS

 

Votos de oro

Las dos últimas salas están dedicadas a aproximadamente 35,000 exvotos u ofrendas.
Allí se encuentran dos paneles con miles de exvotos de plata, uno de ellos formando el mapa de República Dominicana.
Son pequeñas piezas en forma de diferentes partes del cuerpo. También se ha documentado y presentado en video un platero de la actualidad que los hace.
Vestimenta de sacos que algunos devotos usaban para ir a la Basílica

Lo mismo se ha hecho con el trabajo de Mercedes Rodríguez, una artesana banileja que los elabora de cera que son los más ofrendados en estos días.
Hay de todas las formas, tamaños y de diferentes personalidades como una pelota firmada por el beisbolista Adrián Beltré el 8 de octubre de 1999 y una cadena de oro ofrendada por su colega Ozzie Chávez, el 15 de febrero de 2007.
Barbieri asegura que cada día se agregan exvotos por lo que los expuestos en la sala, con el tiempo se van renovando. “Las monjas los reciben y yo voy todas las semanas a seleccionarlos,”.
Dijo que los criterios que toma en cuenta para su selección son artesanales, estéticos y tipológicos.
La última parada se ha dedicado a las joyas que ofrendan las personas cuando van a visitar a la Virgen como muestra de un desprendimiento de un bien personal y valioso para el que lo da.
El profesor de arte afirmó que del santuario no se han vendido ninguna de la joyas que se ofrendaron durante el siglo XX y XXI y por ello en esa sala hay de todos los tipos.
Asimismo en una pared se encuentran algunas de fotografías que devotos han dejado a la madre protectora como muestra de agradecimiento.

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